LA PROTESTA SOCIAL Y EL ROL DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN I

“Me acosa la furia y quisiera estar sereno. No soy la excepción. Hay bronca, que se ha vuelto generalizada y casi permanente. Debemos hacer algo, porque la Argentina merece otro destino.”

Marcos Aguinis

“YO NO PUEDO CREER EN LO QUE CREÍA ANTES, YO CREÍA ANTES EN UN PERIODISTA FORMADOR DE OPINIÓN, PERO AHORA DUDO SI ESTÁ RESPONDIENDO AL MEDIO O RESPONDIENDO A LO QUE PIENSA.”


Entrevista al periodista de Radio Suquía, Radio LV2, y Canal C

José Ravalli


P: ¿Cómo ve desde su rol de periodista y formador de opinión, esta explosión de la protesta social como método por todos sectores sociales?

J.R.: Si uno se remonta un poco a los últimos 20 años es como que fue aumentando la actitud de los sectores, primero la vía era la protesta a través de la pancarta, el bombo, la movilización, después siguió en aumento cuando comenzaron los primero piquetes los cortes de ruta nacionales, me acuerdo por el norte o por el sur, donde hubo saldos hasta de muertos.

Entonces se fue cada vez haciendo más notoria, más pronunciada la protesta de este modo, como que es el único camino que han encontrado, la dirigencia sindical; porque en definitiva si alguien promueve una idea dentro de la crisis lo primero que se les ocurres es hacer un piquete o una movilización, protestar frente a la fabrica, a quemar cubiertas, eso se naturalizo. Lo que era una vía de excepción se naturalizo, me parece que hoy lo que muestra es que cada vez se recurre mas a este elemento porque es la única posibilidad de alguna respuesta mínima.

Creo que también hay una falta de creatividad por parte de los sindicalistas de buscar otro tipo de mecanismo que no sea molestar al resto de la gente porque con todo respeto cuando a mi me corta la calle alguien que no pertenece a mi sector yo me quejo, y viceversa, es decir es una lucha entre los mismos pobres o actores sociales.


P: ¿No será también que hay posiciones intransigentes por ambas partes lo cual impide un dialogo?

J.R.: Esa es la palabra se ha perdido el dialogo, porque lo han perdido los gobernantes, porque ha marcado un episodio concreto el del campo, más allá de estar a favor o en contra del campo o del gobierno, marco la ruptura de un dialogo en esta última etapa.

Antes ya se había roto en el 2001, con el contrato social con De La Rúa, pero en esta última etapa, este gobierno rompió la posibilidad de dialogo, entonces se siguen profundizando estas diferencias y estas situaciones extremas porque no hay diálogos. Porque se sientan a una mesa y cada parte reproduce sus argumentos pero no se escuchan, entonces no hay dialogo, y si no hay dialogo no puede haber consenso, allí falla la clase dirigente y todos los actores que siguen para abajo tiene la misma dificultad.


P: ¿Cómo ve la responsabilidad social de los medios a la hora de informar sobre estos hechos concretos, y a la vez mantener un equilibrio con la reacción que pueda tener el resto de la sociedad que no interviene en el conflicto?

J.R.: Los medios en general, se inclinan por el más débil que es el que protesta.

Cuantas veces cortan totalmente la ruta y si nos instalamos los medios toman fuerza, es una actitud casi de sinergia que hacen con los medios de comunicación quienes protestan, saben que van a ir los medios, que no los van a sacar por la fuerza, saben que se pueden instalar y cortar la ruta o la calle, entonces casi te diría que nos utilizan de cómplices a nosotros y esa mirada los medios no la tenemos.

Debiéramos ser un poco más objetivos y no lo somos.


P: ¿Cómo formador de opinión pública cual sería el rol que debieran ocupar los medios frente a estas protestas?

J.R.: Ese es el punto, somos un medio. Sé que muchas veces para algunos formadores de opinión la cuestión no pasa por lo que ocurra afuera sino por lo que ellos dicen, trato de no incluirme en eso, yo trato de dar mi opinión,

Yo creo que uno como formador de opinión tendría que buscar el matiz, ese gris no por ser tibio sino justamente si estamos provocando una actitud de diálogos no podemos ponernos a favor o en contra permanentemente de alguien, sino buscar acercar las partes.


P: ¿No pasa también que los medios son una empresa, un negocio, que la mayoría tiene lineamientos, paso con el campo, con la ley de medios, que también eso fomenta de alguna manera el conflicto con la sociedad civil que quizás no tenga nada que ver pero que de una forma u otra se va formando una opinión a favor o en contra y se crea una especie de conflicto generalizado?

J.R.: El periodista ha pasado a ser un engranaje de la empresa hoy, en general estoy hablando de las empresas grandes, monopolios, y no de los pequeños medios y tal vez si la gente escuchara a los pequeños tendría otra visión la cosa. En cambio, hoy responden a una estructura establecida de la empresa, entonces siempre va a pesar esta decisión de libertad de empresa y libertad periodística.

Muchas veces los periodistas no somos libres de decir lo que queremos sino que a demás le dicen hacia donde tienen que orientarse. Entonces por allí hay una cuestión con la sociedad en que los medios le deben una explicación, porque también los engañan porque no son genuinos, les están diciendo lo que quieren decir sus patrones.


P: Las marchas, las movilizaciones se han tornado en algunos casos excesivamente violentas. ¿Cómo hace el periodista para que esa violencia no genere más violencia en el resto de la sociedad, sin llegar al punto de ocultar información?

J.R.: Es muy complicado, porque por omisión o por acción siempre vamos a estar beneficiando yo perjudicando a otros , es decir, es un equilibrio demasiado imperfecto, uno trata pensando todos los días como vas a lesionar menos derechos, pero innegablemente algunos los vas a estar lesionando.

Nosotros podríamos ser la conciencia de la sociedad pero no lo somos, nos han cargado desde la justicia hasta la seguridad, la política, todo pasa por nosotros, lo que decimos los periodistas en general tiene o tenía más valor que otros sectores.

Si ustedes se ponen a pensar ya no va a ser tan así, porque desde algunos sectores, primero por errores propios de las grandes empresas periodísticas han hecho que mucha gente empiece a mirar a quién responden los medios y por otra parte desde los sectores de los gobiernos encontraron esa veta de desprestigiar a los medios.

Claro acá la justicia tampoco funciona, por eso los corruptos siguen estando, digo nos tomaron el tiempo, nosotros tenemos que buscar esa creatividad para cautivar seducir y convencer al auditorio, oyente, lector. Es una tarea difícil


P: La protesta en su sentido de reclamo es absolutamente valida y reivindicadora de los derechos. Pero, ¿se ha convertido en un reflejo fehaciente de la sociedad? Porque no se acatan las normas, cuando se quiere poner orden se dice que se reprime, no hay dialogo, se va directamente al choque, al conflicto?

J.R.: Las protestas son legítimas, es la única expresión que tiene alguien que está en conflicto, pero a mí me parece que se desfasa.

Las protestas si están desfasadas, pero dentro del esquema que tenemos parece ser lo normal.

Es lo que no se quiere ver, son datos mínimos y pequeños que tienen que ver con la disgregación social, si alguien no modifica esto vamos camino a una disgregación social.


P: ¿Y dónde queda la gobernabilidad en todo esto?

J.R.: Es que creo que estamos en una democracia formal, no hay gobernabilidad. Si no hay respeto por ninguna autoridad. Se basa el respeto y logras una gobernabilidad de una situación cuando consideras al otro como una persona que sabe, que tiene entidad que es idóneo. Entonces estamos acostumbrados a que todos los gobernantes que hemos tenido por una u otra cosa hemos rescatado o visto que les falta idoneidad. La autoridad no la estableces porque tenes un arma al lado tuyo, la autoridad la representas vos mismo. Si sos confiable e idóneo para lo que te has puesto a hacer. Entonces me parece que esa es la parte que nos está faltando, somos unos improvisados.


P: ¿En ese sentido también los medios son cómplices?

J.R.: A veces somos cómplices conscientes y en otros casos inconscientes, porque muchos de los medios leemos la agenda de los que viene en un diario y los diarios conforman su agenda de temas que les dan sin revisar profundamente el contexto.

Yo no puedo creer en lo que creía antes, yo creía antes en un periodista formador de opinión, pero ahora dudo si está respondiendo al medio o respondiendo a lo que piensa.

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